jueves, 26 de mayo de 2011

Sophie Germain

Tomado de:
http://www.pagina12.com.ar/diario/especiales/subnotas/168770-53805-2011-05-26.html

Por Adrián Paenza

La historia que sigue es real. Una adolescente quería leer algo que sus padres consideraban inconveniente. La chica insistía. Los padres, también. Como no tenían luz eléctrica, le escondían las velas para que no pudiera leer mientras ellos dormían. Es que no podían (ni querían) sacar tantos libros de la biblioteca. Y como además hacía mucho frío... otra vez, mucho mucho frío, no encendían el hogar precario que tenían para que a la niña se le hiciera imposible tolerarlo. Más aún: a propósito, dejaban una ventana abierta. Pensaban que sería suficiente para espantarla. Sin embargo, Sophie (el nombre de la joven) tenía otras ideas, y se las arreglaba a su manera: se envolvía en cortinas y frazadas para protegerse de las temperaturas gélidas y además iba robando y conservando trocitos de vela y los encendía para poder ver. Con eso, lograba iluminar, aunque fuera tenuemente, los textos que quería leer.

Lo convencional sería pensar que Sophie quería leer algo de pornografía. Pero claro, en ese caso, ¿qué hacían tantos libros pornográficos en una biblioteca con padres que decidían exhibirlos en lugar de esconderlos o tirarlos? No. Era otra cosa. Sophie quería estudiar matemática y sus padres se oponían: “Eso no es para mujeres”.

Sophie Germain era la segunda de tres hijas de una familia de clase media establecida en París. Nacida en abril de 1776, su padre era un comerciante dedicado a la seda y luego se transformó en el director del Banco de Francia. Sin embargo, sus padres no querían transigir. No querían que Sophie leyera esos libros ni estudiara de esos textos. Lo curioso era que el padre los tuviera en su propia biblioteca (por lo que intuyo que los debería valorar), pero no quería que contaminaran a su hija.

Los biógrafos de Sophie aseguran que la niña había quedado impactada al leer la historia de Arquímedes, cuando, al producirse la invasión romana a Syracuse, un soldado, viendo el dibujo que Arquímedes había hecho en la arena, comenzó a cuestionarlo. Supuestamente, Arquímedes estaba tan ensimismado y concentrado en la geometría que tenía delante que ignoró a su interlocutor. Resultado: el soldado le clavó su lanza y lo mató.

Sophie decidió que debía valer la pena averiguar qué tenía la matemática si había sido capaz de poder atrapar de tal forma a una persona, a punto tal de hacerla ignorar una amenaza de ese calibre.

Y allí empezó una parte de su calvario. Sophie leía a escondidas hasta que al final, viéndola enferma y cansada durante el día, sus padres decidieron transar. En ese momento tenía 14 años.

Igual, no sería fácil. En 1794, ya con 18, se producía en París la fundación de la Ecole Polytechnique (La Escuela Politécnica), una de las instituciones más famosas del mundo. Se creó con la intención de “entrenar a los matemáticos e investigadores para que no se fueran del país” (igual que en la Argentina). Pero las mujeres no estaban autorizadas a ingresar: era un lugar sólo para hombres.

Sophie ya había dado muestras de no saber aceptar un “no” muy fácilmente. Siguió estudiando en forma individual, pero necesitaba someter sus investigaciones ante matemáticos que entendieran lo que hacía. ¿Cómo hacer?

Sophie encontró una manera. Comenzó a usar un seudónimo, Monsieur AntoineAugust Le Blanc, quien había sido un ex alumno de Lagrange, y le mandaba por correo lo que había escrito.

¡Sophie Germain necesitó hacerse pasar por un hombre para poder lograr la aceptación de sus investigaciones! El verdadero Le Blanc había abandonado París y Sophie aprovechó para robarle la identidad y esconder su género.

Al final, luego de varios años, Lagrange, quien ni siquiera recordaba bien a Le Blanc, decidió entrevistarse con el joven que daba respuestas tan brillantes. Ante el estupor de Lagrange, Le Blanc esta vez ¡era una mujer! y nada tenía que ver con su ex alumno.

Superado el impacto inicial, el matemático francés “la adoptó” y su apoyo le permitió a Sophie entrar en un círculo un poco más privilegiado de matemáticos y científicos. Su área de investigación es lo que se conoce con el nombre de Teoría de Números. El más destacado de todos era el alemán Carl Friedrich Gauss, uno de los mejores matemáticos de la historia. Sophie volvió a usar el seudónimo con él por temor a que Gauss no quisiera leer sus trabajos. Eso fue en 1804. En 1807, Gauss conoció la verdad y no sólo no se enojó, sino que hasta le pareció simpático.

Sin embargo, la vida para Sophie tomó una curva inesperada. Cuando más contaba con Gauss para que le sirviera como tutor, éste decidió abandonar la Teoría de Números y se dedicó a la astronomía en la Universidad de Gottingen.

Germain siguió avanzando como pudo, y logró trascender más allá de París, en especial en el círculo privilegiado de los matemáticos (todos hombres) de Europa. Sophie produjo un trabajo que sería reconocido como una gran contribución para la época, tratando de resolver un problema que tendría en vilo a los matemáticos casi 400 años: el Ultimo Teorema de Fermat.

Igualmente, Sophie abandonó la Teoría de Números ella también, y se dedicó a la Física, muy en particular a estudiar la vibración de superficies elásticas. Sus trabajos, algunos considerados geniales, sufrían sistemáticamente los reproches del establishment porque no tenían el pulido de aquel que había recorrido los claustros en forma sistemática. Pero sus ideas podían más. Sophie Germain terminó publicando su famoso paper “Memoir on the Vibrations of Elastic Plates” (Memoria sobre la vibración de láminas elásticas), considerado aún hoy como un paso esencial en ese campo.

Era tal la discriminación que había para con las mujeres que se querían dedicar a la ciencia que un italiano, Francesco Algarotti, escribió un texto especial que tituló: “La Filosofía de Sir Isaac Newton explicada para el Uso de la Mujer”. Es difícil imaginar un agravio mayor.

Sus trabajos terminaron catapultando a Germain y le permitieron entrar en lugares sólo reservados a los hombres. De hecho, se convirtió en la primera mujer que –no siendo la esposa de un miembro– fue invitada a participar en las sesiones de la Academia de Ciencias.

El Instituto de Francia también la “galardonó” en el mismo sentido cuando, superando su condición de mujer, la distinguió con un lugar en la mesa de debates, algo que no había hecho nunca antes.

Por supuesto, como en toda historia de este tipo, Sophie murió prematuramente a los 55 años, el 27 de junio de 1831. Falleció de un cáncer de pecho que virtualmente la confinó a una pieza durante la última parte de su tortuosa vida.

En Francia se sostiene ahora que Sophie Germain fue posiblemente la mujer más profundamente intelectual que Francia haya producido. Y como apunta Simon Singh en su libro sobre la historia del Ultimo Teorema de Fermat, cuando Sophie falleció el funcionario estatal que fue a hacer el certificado de defunción la clasificó como una rentière-annuitant (mujer soltera sin profesión) y no como matemática... Todo un símbolo de la época.

Su memoria fue honrada de diferentes maneras, claro que mucho después de fallecida. Gauss había logrado convencer a la Universidad de Gottingen para que le dieran un título honorario. Cuando la junta de gobierno decidió aceptar la propuesta, fue demasiado tarde. Sophie no vivía ya para ir a retirarlo.

La calle Rue Sophie Germain en París es otro ejemplo y una estatua se erigió en la entrada de la Ecole Sophie Germain, también en París. La casa en la que murió, ubicada en el 13 rue de Savoir, fue designada por el gobierno francés como un monumento histórico.

Afortunadamente, hoy la historia es distinta. No muy distinta, pero distinta. No es fácil ser mujer en el mundo de la ciencia. De ello pueden dar prueba varias generaciones de mujeres en el mundo, y muy en particular en la Argentina. La mujer siempre tuvo una tarea doble: investigar (que de por sí ya conlleva una vida sacrificada y plena de frustraciones), pero también atender a todo lo que a su alrededor sirve para despreciar su capacidad intelectual, sea hecho en forma consciente o inconsciente. Y, además, la mujer pelea contra un sistema y una sociedad que, lo reconozca o no, es machista por excelencia.

sábado, 14 de mayo de 2011

Las vidas de Lucía - cuentos

A continuación pego aquí una serie de cuentos con un mismo personaje central: Lucía, de 15 años. Estos cuentos fueron utilizados hoy para trabajar con las chicas de 13 a 15 años en el marco del proyecto de Extensión Universitaria "Conocernos, para ser libres", como disparador de una charla sobre Sexo, Sexualidad y Género.
Los escribí yo, salvo el último, que fue escrito por Faty.

Las Vidas de Lucía

Lucía I

Lucía, de 15 años, vive con su familia.

Todos los días, al salir el sol, toma un desayuno de leche y pan. Luego camina hasta el campo donde le toca trabajar ese día, con sus padres y sus hermanos mayores. Sus ásperas manos están acostumbradas a las herramientas de campo y al trabajo en la tierra. No sabe leer; nunca le hará falta.

En invierno el sol del mediodía es una bendición; en verano muchas veces sufre de mareos por el calor.

El único día que rompe su rutina es el domingo. Se arma la feria en el pueblo y todos se encuentran allí; la tarde termina con un baile donde todos los jóvenes y viejos participan.

Le gusta cantar mientras trabaja; sueña con un día en que ese muchacho que ve los domingos se anime a proponerle casamiento; ya está en edad de ser madre.


Lucía II

Lucía, de 15 años, vive con su familia.

Todos los días, bien temprano, se levanta y va hasta la parada del micro. El timbre de la escuela suena a las 7:30hs, y allí está Lucía sentada, esperando su primera clase con cierto aburrimiento. La mañana pasa, con algunos recreos para cortar el sueño. Le gusta estudiar geografía, pero no se lo dice a nadie para que no le digan que es “traga”.

A la tarde se junta con sus amigos. En invierno la mayor parte del tiempo ven tele y charlan, pero cuando hace un poco más de calor salen a la plaza a tomar mate.

No se lleva bien con su padre y su madre; siempre quieren que estudie más, a pesar de que ella nunca repitió un año. No entienden nada de lo que le pasa.

La mayor parte del tiempo trata de pasarlo con su mejor amiga, aunque a su mamá y a su papá no les agrada mucho. Ella siente que la quiere mucho a Catalina y no quiere estar con nadie más; hace poco estuvieron dándose piquitos, cosa que le gustó mucho pero la dejo pensando. No sabe que es lo que pasa.

No tiene idea si cuando termine el secundario seguirá una carrera o buscará trabajo; todavía falta mucho para eso.



Lucía III

Lucía, de 15 años, vive con su familia.

Los días de sol, ni bien termina de amamantar, deja a sus dos niños con las ancianas y sale a cazar con sus hermanas. A mediodía, si tuvieron suerte, vuelven a cocinar; si no, recolectan algunos frutos para no pasar hambre. Los hombres de la tribu se han alejado en busca de nuevas tierras donde establecerse en invierno. Los niños mayores son los encargados de buscar leña.

Los días de lluvia se queda en la cueva de la tribu y se dedica sus niños y a hacer cestas. También a afilar sus armas y cortar pieles para hacer ropa.

Por la noche cuentan historias cerca de la hoguera. Lucía añora a su compañero, pero trata de no pensar mucho en eso; sólo el gran espíritu sabe si volverá o no.

Ha encontrado en el bosque unos cachorros de lobo. Los ha llevado a la cueva para que jueguen con los niños y piensa que, cuando crezcan, cazarán juntos.


Lucía IV

Lucía, de 15 años, vive con su familia.

A la mañana cuida a sus hermanos más chiquitos, mientras los del medio se van a vender encendedores y medias al centro de la ciudad. A la tarde los deja con la tía y se va a su trabajo: cuida unos chicos que viven en un departamento del centro. Los lleva a la plaza, les da la leche a la tarde y cuando llegan los padres ella se va a su casa.

Antes de llegar a su casa, se ve a escondidas con su novio. Él es bueno, pero no le gustan los amigos con los que se junta; andan en algo raro.

Su madre siempre llega muy cansada de limpiar casas. Su padre no está nunca, y ella lo prefiere así, ya que siempre se pelean.

Está preocupada porque tiene un atraso... y si estuviera embarazada todo cambiaría; no sabe si quiere tener un bebé todavía.


Lucía V

Lucía, de 15 años, vive con su familia.

Se levanta cuando suena el despertador, casi a mediodía, y va a desayunar con su padre y su compañero. Luego se conecta a su computadora, baja los deberes de la escuela virtual y comienza a hacerlos antes de la hora de conexión en video.

Discuten en el aula virtual sobre historia del siglo XXI, sobre astronomía o sobre lo que toque ese día. La profesora hoy se ha pintado el pelo de azul y sus ojos parecen como de mosca. Para no ser menos, ella con un click se pinta la piel a rayas amarillas y negras, y se pone alas de avispa. Sus amigos le dan puntos de popularidad por su aspecto.

A la tarde se junta con otros jugadores en una sala sensorama de Guerra Galactica contra Cylones 4D, y Lucía comanda un escuadrón de naves cazas Vipers.

Cena sola en su cuarto, cuyas paredes son pantallas donde se encuentran sus amigxs, y juntos escuchan música y charlan a veces hasta el amanecer. Otras veces se comunica por privado con alguna chica o algún chico por privado y se encuentran.


Lucía VI

Lucía, de 15 años, vive con su familia.

Se casó hace poco menos de un año con un comerciante rico de 40 años. Él está todo el día en el negocio y Lucía haciendo las tareas de la casa. A él le gusta la comida bien servida y un hogar impecable; Lucía se esfuerza por complacerlo y estar siempre bien dispuesta a lo que él necesite.

Acaba de tener su primer bebé. Su madre viaja y se instala en la casa con ellos unas semanas; duerme en el cuartito del fondo de la casa para no molestar a su esposo. Se quedará hasta que ella se reponga y pueda retomar sus tareas con esta nueva responsabilidad que es criar su primer hijo. Su madre le cuenta historias de cuando ella, la menor de doce hermanos, nació. No todos sobrevivieron, y ella estuvo a punto de morir varias veces, pero ahora dice, mirando a su nieto, que vale la pena.

Lucía se pregunta si sobrevivirá a tantos partos como su madre. Ojalá sea fuerte y pueda darle muchos hijos a su esposo.


Lucia VII

Lucía, de 15 años, vive con su familia.

Se mira al espejo y no se ve Lucía. Su familia siempre le dijo “Pepo”, y en su DNI aparece un nombre por el cual solo en la escuela le decían, pero ella se siente Lucia.

Hace ya mucho tiempo que ve que le pasa algo a su cuerpo, y no le gusta. El cuerpo que ella quiere no sabe como darle forma.

Su familia trata de no hablar del tema, no se meten mucho en sus cosas. Sale con sus amigas a comprarse ropa ya que es mas fácil que ir sola, porque sino no la dejan entrar a negocios de chicas.

Esta pensando en ir a un médico para saber que puede hacer para verse como ella se siente, Lucía.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Proyecto de extensión universitaria

Si bien he estado silenciosa en este blog por algún tiempo, eso no quiere decir que haya estado inactiva. El año pasado prensenté junto a una amiga un proyecto de extensión universitaria (UNLP), sobre sexualidad y género, para trabajar con niñas y adolescentes. Si bien salió avalado por la UNLP, no salió financiado, así que tuvimos que reducir un poco al idea, pero el espi¡íritu quedó intacto, fiel a su título: CONOCERNOS, PARA SER LIBRES.
El proyecto se desarrollará, como experiencia piloto, en una comunidad de las guías.
Y arranca este sábado con la reunión de padres!! Y luego los sábado subsiguientes. Acá va el esquema (son las actividades en concreto):

Título:
“Conocernos, para ser libres”

Síntesis del proyecto:
Se propone desarrollar un programa formativo para niñas y mujeres jóvenes
a través de la modalidad Taller. Estos talleres giran en torno a dos ejes
temáticos:

I. Educación sexual y embarazo, infecciones de transmisión sexual (ITS) y
su prevención
II. Derechos humanos –derechos sexuales y reproductivos– y acceso a la
información, igualdad de oportunidad entre hombres y mujeres; violencia
de género.

Diagrama de actividades por edades:

• CARAVANA (10-12 años):

1° encuentro: Cuerpo - Formas/partes - Biológico mujer/hombre
Cuidados del cuerpo/ ciclo menstrual
2° encuentro: Métodos, ITS, HIV
3° encuentro: Estereotipos
4° encuentro: Elección de vida

•SOLAR (13-15 años):

1° encuentro: Sexo biológico, sexualidad, Géneros
2° encuentro: Métodos, ITS, HIV - Cuerpo
3° encuentro: Derechos sexuales y reproductivos
4° encuentro: Mandatos culturales vs elección de vida - Empoderamiento

•CLAN (16-20 años):

1° encuentro: Sexo biológico, sexualidad, Géneros
2° encuentro: Derechos sexuales y reproductivos: ganados, de hecho,
históricos.
3° encuentro: Violencias, femicidio y trata de mujeres
4° encuentro: Empoderamiento – Profesiones y ocupaciones
Patriarcado/sexismo/cultura

•GUIADORAS (dirigentes adultas):

Trabajar todos los temas desde el material, por un lado la cuestión técnica-
informativa: métodos, ITS, HIV; y por otro lado la cuestión más sociocultural:
sexo, sexualidad y géneros, sexismos, estereotipos, etc.

•PADRES Y MADRES:

Hacer una reunión de padres informativa y para que se saquen dudas, con la propuesta abierta de hacer un taller. Hablar del tema de la necesidad de que sus hijas participen sin su presencia por el tema de la exposición, y los lazos, etc. Si surge la necesidad, se pueden diagramar actividades para trabajar los temas con ellos también.